Wednesday, February 13, 2019

Boca quebrada


Dicen que vivo en la esquina de la luna;
tengo varias llenas por si quieres mi galaxia completa,
complejo veo eso de dejarte por entero,
tu que vives en mis libretas donde las palabras son un trato.


Pacto que quebró mi boca, una hinchada de cobertura,
una que espera la magia de tu soberbia;
dejé escapar esas palabras que pegan en la nuca
pero solo en algunas noches negras, son ellas quienes llenan mi boca quebrada;
las peregrinas de mi musa perdida.


Si en algún ciclo fui su guapo patán, déjenme ser ahora su burdo galán;
ardiente que estamos en brasas, mimos que son candela,
de pronto tres en uno, envueltos en materia;
anoche sentí sus manos tocándome un poco más, tocándome mezquino,
me descifraron por completo, aún puedo sentirlo.


Dijiste otras palabras en la mañana y me volví marioneta,
por eso mismo me fastidia la idea de saber que te magrean la sesera;
me vuelvo un mismo diablo cuidando las puertas de su infierno;
yo, que mi señero es compartir lecho.


Piénsame en los puntos cardinales, guárdame en un bolsillo que siempre quepo;
yo que soy un verde amuleto, el marco de tus lentes nuevos,
envíame un solo beso, esos que me alegran el día, esos que saben a sabiduría;
pero la tuya es nicotina, por eso crea vicio.


No soy de esos, soy un cuento atado a mis locuras;
una puta aventura encima de tu pecho, esa cosquilla en tu abdomen;
ese sol que muere en la orilla del firmamento;
envíame otro beso que me perturbe la existencia,
un beso que no palpe; dame varios que me los llevo.


Algún día tendré que morirme, pa reunirme con mi abuela;
si ella me lo permite seré un pez bajo una de mis nueve lumbreras,
no será nada raro hallarte, por qué serás el océano que me hará jadear;
prometo siempre vivir en tu espuma, prometo no ser un pez cualquiera.

Monday, February 4, 2019

La plegaria


Madre del viento, madre del Eggun,
que de castaño viste usted con nueve tonos en su morena piel,
joya favorita de Shangó, dueña de las tumbas,
hermoso ímpetu con expresion de bronce.


Vino usted con su Oyoré a tantear su Omiero;
nos arrimó con su vehemencia desolando nuestro bohío,
nos sofocó su céfiro encendido;
madre del viento, poderoso vendaval.


Su nombre es Oyá.
Oyá Yansa Mama - Oyá Frekun;
el relato de su concubina historia me han narrado,
representando el brío junto a este Orisha en sus contiendas;
buscando el Onara, cobrando contiendas.


Oyá Obinidodo, Owotito Miseroiyé.
siempre en Igbaó su espada,
exquisita con lexía profunda,
desenfundó sin piedad la hija del sol, una de las hijas de Yocahú;
sus razones tendrá usted.


Madre del viento usado, del remolino;
mujer de Oggun, dama de Koso, patrona del Ilé Kaloya,
que junto a Eleggua, Orula y Obatalá someten los cuatro vientos,
apiádate de mis palmeras y mis campos, devuélvenos el verde zarzal que se despojó de la sierra,
escúcheme aunque sea los viernes.


Orisha femenino, le ofrezco Omilengue y usted me regala su Oyouro;
usted que suple puro Lain, usted que es Afeicita de Olófin y Orunmila;
ruegue un poco de piedad para esos jíbaros macheteros que del fruto sobreviven,
permítanos amañarnos en los claros ríos de Oshún y disfrutar los mares de Yemayá.


Usted que es campesina, hábil cazadora, puede comprender,
hable usted con Odde y Oshosi que nos regalen sus tácticas para resistir,
usted que es dulce y terrible a la vez, me dirijo sin conocerla bien ya que de su vestigio fui testigo,
le declamo con la médula de la raza, una virtuosa raza, por un grato origen.


Fundamento de la galerna, hermosa usted en su atavío en el vértice de su imperio soplando Bebeainá;
usted que derribó a los marciales recios de Yocahú con su centella y escudo,
atísbenos que se llora tormento y se traga en seco,
acaricienos con Omilasa, muy suave, sea compasiva con nuestro huerto.


Patrona del dos de febrero, Virgen de la Candelaria;
mantenga al borde a Ikú que su peste carga mi morada,
mueva su Iruke que sus vástagos con la vaina de flamboyán le bailan,
consagrándole batata, berenjena, manteca de cacao y maíz tostado, para usted combativa reina.


Dueña de la centella, también conocida como Oyá Bí,
Oyá Funkó, Oyá Dumí, Oyá, Minu, Oyanla, Oyá Odó Oyá, Yansa Oriri, Oyá de Takua;
llanamente la conozco dedicándole este preces.


Le pido la gama confusa al borde de su falda, esa que se ligo el diecinueve en un mes de otoño;
sabiendo yo que es su tiempo le pido con atención,
cante usted y dibuje un siete de la suerte en mi edén, el mismo que liberó a su amado Orisha,
forme usted ráfagas que fracturen la trena que humilla a sus nativos.


Usted que representa la reencarnación de los antepasados, le regalo una oda de rosa ocasión,
usted iluminada de tenacidad, gratifique con un poco de su lustre mi casa que opaca está,
distribuya fuerza para labrar, para que la hija del mar vuelva a ondearse cálida y hermosa,
que sus grietas se vuelvan a juntar.


Mire usted, madre del viento, tengo a la mano su saya escondida entre líneas,
la de nueve colores, venga usted a trenzar en frenesí, cargue su antorcha para alumbrar el camino,
venga usted a bríndales su ashé.


Usted hija de Oyee y Afabilé, a usted que la crió BabaAfabilé;
él que vive en la atmósfera y mantiene el aire puro por mandato de Olófin,
usted que es la verdadera señora de Oggue,
empuñe Afisa Baba Aweniku y aleje toda plaga.


Aleje a quien daño quiera hacer, a quien el mal pueda descifrar,
imparta elementos a quien permanezca en pie,
para usted fruta bomba le tenemos, para usted cabo de hacha, mondonguera;
le tenemos chirimoya, uva gomosa y mil flores para atildar su corona.


De mi patria la plena, que los hijos de Borinquén siguen en su faena,
con cuero pesado tocamos cualquier día del mes porque a pesar de todo, alegría y bomba eh¡
no nos dejamos vencer,
ashé por atender.