Wednesday, September 25, 2019

Algo sencillo

Llueven versos a mis dedos por la tarde,
escribir alguna cosa, ejemplo: Inmenso;
desbaratar el cielo con palabras mojadas,
cautivar la vera de tus muecas, volver goloso los sueños.


Llueven versos por la tarde,
tentativa falsa al papel, una daga,
intentarlos, forzarlos, hundirlos, la punta;
prepararlos de varias formas, la idea.


Se desploman varios versos en la tarde,
el alba y el ocaso, la fase;
engullir verdades;  el estorbo,
ser enemigo del tiempo...una ventaja.


Escribir algo, ejemplo: Intenso;
el brindis del náufrago con marea de río, la costa;
marullos en agonia, poderosos rebeldes contra la ciudad;
lengua infame, corrupta salida.


Nubes con sabor a piel, a la tuya por supuesto;
ser el pulmón de la selva,
el sol en su regazo,
el océano en su esplendor; el regalo.


Escribir algo, ejemplo: Íntimo;
belicoso enigma de claro elemento,
provocas posiciones que animan placer,
quimera de grato aroma carnal eres la percepción de lector.


Caen por las tardes versos de hoguera,
de esos que crujen la madera, los que te fumas de vez en cuando;
caen de monte verde, suave ceniza;
nombre de salada poesía.


Mojarte el alma en sus cuatro ciclos,
verme como el viento, que recuerdes inhalarme;
ser argumento con algo simple de mostrar,
un azul, una metáfora, una caricia, algo sencillo que contar.





Thursday, September 19, 2019

Diez menos diez

Sentado en la orilla de la taza,
para ver la manaña como toma café;
despertar a las cuatro menos diez,
para oler las nubes, cielo naranja.


Travesía de letras, palabras livianas,
escribirte en celo, sé que piensa en mí,
huyo sin escaparme, no encuentro los números;
tampoco acentos, comas y los etcéteras.


Palabras al cuadrado, cubos, ángulos en la esquina;
noches sin ombligo con cosas por decir,
canciones sin escribir, cuentos sin vivir,
nunca me aburro de pensarte.


Costura con estilo, moda a la vanguardia, con porte;
siguen siendo las siete cuarenta cinco, y sigo aquí;
vulnerable, sentado al revés en la misma orilla, con la taza medio vacía;
ya no está caliente, sumergí los pies.


Domingos de verbo, con mucho garbo, los que le gusta verme bailar,
enredado en garabato, te sigo pensando queriéndote besar y besar y besar...
escaparnos, volver sin comenzar, como lo hicieron Wendy y Pedro Pan,
allá en otro continente, hasta bajo el mar, te regalo mis escamas.


Ocho con trece, temperatura al margen, aire templado;
vibra un ritmo después de mi pecho, alevosía prematura que provocas,
atento al zumbido, el silencio se traga un lento quejido;
te veo llegar, hermoso, eres mi poema con otro soneto.


Diez menos diez, igual a cero, el que rompe parámetros;
liberando esquemas, encontrando tesoros,
cosas que te había dicho antes de nacer,
vidas que quizás fueron contigo.


Sigues tórrido, entrando y saliendo cuando quieres,
saturado, salino con gracia;
eres frase de pulpa viscosa que caldeas la vía láctea,
te exhibes perverso, mostrando todo el extremo perfecto de ti.


El alba después huele a hierba reciente, a memorias;
turbio novato por tratar de desvariar las horas,
las cincuenta y cuatro de cualquier momento, de cualquier día,
recordándote sin querer sigo, todavía sentado en este círculo.







Tuesday, September 17, 2019

Mamboreno

Varias cosas tengo pendientes, pero na' quiero hacer,
me apetece con mis palabras tocarte, sin labios besarte;
buscarte en una noche larga con el pecho ancho,
con la mirada punzante, tan punzante que me partió.


Montado sigo en el acérrimo de tu identidad, volviéndome potente;
todo fueron ganas, y tantas que nunca se gastan,
encontré un ritmo ancestral al verte bailar,
danza de negro, peculiar movimiento.


Cuentan que te crió el cañaveral, se revela la sensación,
artesanos que te crearon como elemento,
tu cara, hermosa antilla de buen perfil, hasta los dioses te adoran;
ese cuerpo no se diga tanto, elogió para alabar.


Príncipe desterrado, aventurero sin rumbo,
no descanses baila conmigo par de estrofas;
ondea el infinito, hagamos alboroto en la tribu,
voy hacer un revolú con tu pelo, pa' que toques como cuero.


Hallé varias rutas en los zurcos de tu espalda, un mapa con recovecos sin explorar;
continentes que sostienes en el atlas, aprendíste a mojarte en otras lenguas,
aprendíste a cantar, odas que forman marullos, espuma, arena ya pisada,
pasos que no se ven.


Hijo de musas, tócame algo candente, te presto el hueco de mi guitarra;
guárdame una isla, haz caer lluvia con sabor a coco,
sentir cuando no estés, dulce que arrullas mis ansias,
caldea como lo hace el sol, despojado me encuentro.


Fogata sin leña, donde camina el fuego, no arden mis pies;
no te extrañes, que el enjambre sigue prendido, sigue joven;
escucha negro, el sonido de las maracas, el meneo de la buena madera,
el retumbao de esos prietos te llaman, buscando la melodía que guarda tu simetría.


La calle está arrebatá, la gente cachea zandunga, la negra pasión;
la que se perdió cuando no estuviste, cuando te perdiste en el nimbo,
mira el puesto, el tongoneo de los zagales haciendo un cortejo bien moreno;
como bailan, y yo perplejo.


Agarra guapo, dale también a mí saxo que se meneé el verde olivo;
bien alto, mezclando mundo pa' que lo escuchen los espíritus,
a mover el furgón pa' que suban los ríos, que nos moje la emoción;
vamos negro, ponte grande, suda mil colores y bésame tó, que nos mire quién sea.


Otra vez el rugir del los prietos, saltan, gritan, zapatean los dorados adoquines,
camperos de blancas ropas, de cintas, mujeres sin frío, al son del que viene lejos;
chicos que ronronean frases, invocándote negro, son los niños de pelo rojo,
los de las voces horneadas, con las manitas de mangó.


Guaguancó, la delicia de ese negro en mi boca,
caribe, llegan ráfagas del agogó, repica la escolta del ganzá, ¡tumba que tumba¡;
dale negro, amárrate los cayos pa' someterle a ese pandeiro, ¡tucu tún pa ca tán¡
ahora es que me pongo bien tropical.


Esos negros no se quedan atrás, entre el rutu tún del timbal, enciendes mi antillano;
de la esquina sacaron par de bongós, vistiendo la fuerza de temblor,
así dandole al folclor que acompaña a este negro,
échame el compás al batey que ese lo bailo yo.


Qué rico bambúlae, traes son cubierto de montañas, trae lacerado el tiempo de mis ancestros;
los mentores del pueblo, esos que pusieron el sazón,
dame más de eso, y pon la tribu a bailar, te reclaman,
¡oye¡ dame bululú que quiero escuchar el ritmo de Belén.


Mira negro, como se balancea, como te bailan, mira cómo se alza el anamú;
un cantáo, un bachateo que me voy con el,
¡Aylelolé lelolá¡ qué clase de bálele,
que prieto sandunguero, tenemos a Calinda de pie encendiendo el cachimbo.


Mijo, ráspame el güiro, sácame la música, pero no tan rapidito,
saca la cachispa de esos sonetos,
del Carabalí y nos pocos del Cangá, esos prietos formaron la pachanga,
los que traen jugo de yuca.


Además del quimbombó nos traen batata,
calabaza con yautia majada, nos traen noches sin ñeñeñé,
en la calle lo que hay un poco de Sica,
hasta el taita lo baila.


Mamboreno hecho de bombotó, ya te vi el aguijón,
rodea el amanecer que esto no es un baquiné, tenemos los cocolos tocando;
el maplé de mano en mano y nosotros buscando un laito, pa ya tú sabes que;
pa' que me hagas un fufú en yagrumo, pa' que me saques to' ese jelengue.


Ya me tienes, lame mi cuello,
atibórrame en barullos, apriétame con las rodillas, estruja los bordes;
negro, sacarte eso salao y que  te cocines en mi madera,
en las sinsoras estamos a punto de caramelo.


Ritmo que no acaba, mezcla de entrañables razas,
sonidos dentro de ti, que viven en el metal, en la brisa, en otros cuerpos,
en las manos de esos negros, en la voz de las prietas, en los pies de esos chicos;
y lo mío, que ahora vuelo.


Árboles sin fruto, raíces sin agua, tierra seca,
abuelos que bailaron primero, los que te cambiaron la época,
pa' encontrarnos, pa' besarnos, pa' disfrutarnos,
seguimos con la samba, ahora bien zalameros.




Monday, September 16, 2019

Hombres en cassette

Estrujando la sensualidad desde la punta,
que todo quede dentro,
sucios dedos, tocándome por ahí;
cuesta bajo, todo está vulnerable.


Hundidos en la ruina, en la negra,
agitando el silencio, entre opulentos gemidos,
figuras del vicio, bazofia que deseo,
ventanas sin marco, defectos ajenos.


Me embriagan sus carnes saladas, el roce de entre piernas,
con insípido morbo, con la espuela;
duro, y rompen la puerta, sin pantalones,
calidad de piedra.


Todavía quedan manos sueltas buscando indagar, cosas que prensar;
autores de lo carnal, a todos nos gusta,
eminencia del mal, sórdida oscuridad;
arrójate dentro que firmes estás.


Todos aumentan, pechos destapados,
masticando, mordiendo, tragando; haciéndome maldito,
gerundios maltrechos, revolviendo correas, atándome a figuras de sombras;
torciendo el extremo se agrandan las bocas.


Crecen, se alargan produciendo lo que no es breve;
ya no hay dos, sino seis;
montes de piel curtida, con tanto pecado,
placer que tuerce.


Varones desabridos, crudos a lo bruto;
inquietos detrás de la pantalla, husmeando,
agitados, rebuscando lo mundano,
presumidos con fuerza.


Agresivos, con un poco de telúrico dolor;
fugaces sin pedir permiso, me queman, arde;
olor a vapor, cumbre de machos derretidos entre sí;
ahora no son seis, sino diez.


Botones de torso que se evaporan en su jugo;
ansiosa simetría que no aguarda argumentos,
todos saben a Edén, a bramidos,
lobos en manada siendo también la presa.


Suculento deleite viril,
retumbando con su cutre boca,
saltando a gruesas palabras, con su burdo erotismo;
belleza carnal, estocadas de placer.


Domina el salvaje, lenguas mojadas,
raja que se volvió cicatriz,
marcas de posesión, de la fusión;
al final no son diez, sino veinte; pero veinte conmigo.


Lujuria que se ve, que se siente en estos dedos,
estos sucios dedos apretando suave y lento, estrujo las manos de nuevo;
hoy me encuentro con estos sucios de nuevo, con estos sucios dedos,
entre ustedes de nuevo; canallas del erotismo.




Otro adiós

Acércate,
ahora un poco más, palpo el quemazón;
bésame, bésame que brasa el sol en su amanecer,
me quiero calentar.


Partí sin ser experto, y ya no siento;
no estoy  presto a soltarte,
átame, átame que aún vives en mi corazón,
más mi corazon es ciudad.


Perderte fue el sustantivo en mi oración, puntos en suspenso;
soy ánima flameante, fino, tanto que me enhebro,
hilo viejo y tan negro como la soledad,
me mata el tic tac, espeluznante.


Sigo sin ti, con el humor de miel,
desorientado, sin ritmo en los pies,
escuchando canciones de Silvio y Joaquín,
espero; me enhebro sin tener porqué.


Andaré lejos, en el camino prenderé y fumaré esos recuerdos;
tomaré mi vida prestada de nuevo,
la carga pesada está, en tropel los volcaré en alta mar;
mientras los veo volar, entenderé el blanco romper de esas olas malcriadas.


Ya no me extiendo, vivo mil momentos sentados frente al ponto,
sin rodeos, sé que no estás y te sigo esperando;
duermo entre versos borrachos, versos mañaneros,
entre versos de cartón, versos con algo de razón.


Ebrias están mis sandeces, rimando segundos comprometidos,
susurrándome que te recuerde, me estimila suponerte, tocarte,
círculo de vicio, es un no parar, y te sigo repitiendo mil veces más;
acércate, me quiero calentar.





Tuesday, September 10, 2019

Bóveda

Infusión de moca que el negro dilata,
es cada sombra que trepa, otras que resbalan,
me acerco, sonríe, me quiere morder;
luna llena de leche materna, le dí a tomar.


Ladino sensato, posado en mi amparo,
empachado de garbo por atisbar un cielo raso,
un orbe ocupado,
prestando varias crudas coplas, que de tanto escucharlas ya son pecado;
el que sigue velando y un poco más.


Revelas un enigma, te sobran tantas vidas por morir,
pareces un antojo, los segundos que caben en un minuto;
eres como una tensión, una reacción que tal vez sea explosión,
puede que atiborrado y confuso estés, así como está el tic toc.


El clima se distorsiona al escuchar el medio maullar,
confesándose el palpitar del libido tribal, acechando desde el umbral,
robas la vergüenza con un sucio susurrar;
en silencio penetra la mirada, me pierdo con sentido,
sin querer estimulamos el significado.


Lacta este ego, agárrate,
entierra el morbo que desnudo andan mis labios;
ábrete en mi pecho, juégame con el sur, arruga mis estragos,
empuja la puerta, que la bóveda se despeja.


Ardor ante todo, postura y sus contras,
garra hundida en la espina, suspenso fijo, sorprendido;
vagabundo suplicio, ameno el aullido del errante;
fuera de control...


Escapé sin tener que migrar, entré porque me dejaste;
pero ahora felino, voy lejos y sigo escuchando ese crujido,
esos que surcan el borde de mi ventana el día de la noche añeja, sé que me sigues,
la oscuridad te delata por qué eres sombra que trepa y otra que resbala.






Monday, September 9, 2019

Indómito

Soy muy rápido, ya verás que puedo hacer,
soy tan veloz que ya ni sentirme podrás,
voy tan rápido que en una letra mudé;
voy tan rápido que ahora puedo volar.


Colecciono risas pérdidas, escucho nuevas melodías,
reavivo el oscuro azul, densa apología dentro de...
construyo castillos con bomba mineral,
por ser criatura, carnudo hijo del manatial.


El miedo perdió valor, hogaño, es barato algodón;
atiendo mi rumba que zapatea a mi gusto,
trenzo mis pasos a cualquier travesía, sin perder el buen ritmo;
fornido es mi andar, ya estás viendo que si¡ con recio repicar, pa que tiemblen los truenos.


Voy sin murmurar, mi termino adquirió fama,
la dicción se volvió la entrada, un monarca boreal;
con orde de pícaro fui vendado, dominando el áspero óbice,
fui diestro, con privilegio, siendo eminente.


Soy muy rápido, ya no puedes pararme;
voy tan veloz que resistencia continuamente fui,
vigoroso vivo hoy, oriundo del litoral, de allá en la orilla;
es por ella que vuelvo a ganar.


Voy tan rápido, que la congoja se fugó, ya la olvidé;
soy tan rápido que en varios millares de veces me volví,
los bronquios a las montañas robé, respirando cielo con elemento a café;
solo, sin poderlo ver.


Voy tan rápido, que no pereceré en esta eternidad;
rodaré por cualquier ombligo, te mostraré mi orgullo sín que se haga pedazos,
si te pregunto, me dirás un lobo de ojos grises,
uno sin escondiste, el que caza su bramir.


Son tan rápidas que su nombre me preguntarás, Élitro, responderé;
voy tan rápido que ya no me podrás ni ver, soy muy rápido que nadie me vio sentir,
para siempre es que iré, solo algunas noche volveré para besarte el alma un rato...
tan veloz que indómito, ya no más.