Tuesday, September 17, 2019

Mamboreno

Varias cosas tengo pendientes, pero na' quiero hacer,
me apetece con mis palabras tocarte, sin labios besarte;
buscarte en una noche larga con el pecho ancho,
con la mirada punzante, tan punzante que me partió.


Montado sigo en el acérrimo de tu identidad, volviéndome potente;
todo fueron ganas, y tantas que nunca se gastan,
encontré un ritmo ancestral al verte bailar,
danza de negro, peculiar movimiento.


Cuentan que te crió el cañaveral, se revela la sensación,
artesanos que te crearon como elemento,
tu cara, hermosa antilla de buen perfil, hasta los dioses te adoran;
ese cuerpo no se diga tanto, elogió para alabar.


Príncipe desterrado, aventurero sin rumbo,
no descanses baila conmigo par de estrofas;
ondea el infinito, hagamos alboroto en la tribu,
voy hacer un revolú con tu pelo, pa' que toques como cuero.


Hallé varias rutas en los zurcos de tu espalda, un mapa con recovecos sin explorar;
continentes que sostienes en el atlas, aprendíste a mojarte en otras lenguas,
aprendíste a cantar, odas que forman marullos, espuma, arena ya pisada,
pasos que no se ven.


Hijo de musas, tócame algo candente, te presto el hueco de mi guitarra;
guárdame una isla, haz caer lluvia con sabor a coco,
sentir cuando no estés, dulce que arrullas mis ansias,
caldea como lo hace el sol, despojado me encuentro.


Fogata sin leña, donde camina el fuego, no arden mis pies;
no te extrañes, que el enjambre sigue prendido, sigue joven;
escucha negro, el sonido de las maracas, el meneo de la buena madera,
el retumbao de esos prietos te llaman, buscando la melodía que guarda tu simetría.


La calle está arrebatá, la gente cachea zandunga, la negra pasión;
la que se perdió cuando no estuviste, cuando te perdiste en el nimbo,
mira el puesto, el tongoneo de los zagales haciendo un cortejo bien moreno;
como bailan, y yo perplejo.


Agarra guapo, dale también a mí saxo que se meneé el verde olivo;
bien alto, mezclando mundo pa' que lo escuchen los espíritus,
a mover el furgón pa' que suban los ríos, que nos moje la emoción;
vamos negro, ponte grande, suda mil colores y bésame tó, que nos mire quién sea.


Otra vez el rugir del los prietos, saltan, gritan, zapatean los dorados adoquines,
camperos de blancas ropas, de cintas, mujeres sin frío, al son del que viene lejos;
chicos que ronronean frases, invocándote negro, son los niños de pelo rojo,
los de las voces horneadas, con las manitas de mangó.


Guaguancó, la delicia de ese negro en mi boca,
caribe, llegan ráfagas del agogó, repica la escolta del ganzá, ¡tumba que tumba¡;
dale negro, amárrate los cayos pa' someterle a ese pandeiro, ¡tucu tún pa ca tán¡
ahora es que me pongo bien tropical.


Esos negros no se quedan atrás, entre el rutu tún del timbal, enciendes mi antillano;
de la esquina sacaron par de bongós, vistiendo la fuerza de temblor,
así dandole al folclor que acompaña a este negro,
échame el compás al batey que ese lo bailo yo.


Qué rico bambúlae, traes son cubierto de montañas, trae lacerado el tiempo de mis ancestros;
los mentores del pueblo, esos que pusieron el sazón,
dame más de eso, y pon la tribu a bailar, te reclaman,
¡oye¡ dame bululú que quiero escuchar el ritmo de Belén.


Mira negro, como se balancea, como te bailan, mira cómo se alza el anamú;
un cantáo, un bachateo que me voy con el,
¡Aylelolé lelolá¡ qué clase de bálele,
que prieto sandunguero, tenemos a Calinda de pie encendiendo el cachimbo.


Mijo, ráspame el güiro, sácame la música, pero no tan rapidito,
saca la cachispa de esos sonetos,
del Carabalí y nos pocos del Cangá, esos prietos formaron la pachanga,
los que traen jugo de yuca.


Además del quimbombó nos traen batata,
calabaza con yautia majada, nos traen noches sin ñeñeñé,
en la calle lo que hay un poco de Sica,
hasta el taita lo baila.


Mamboreno hecho de bombotó, ya te vi el aguijón,
rodea el amanecer que esto no es un baquiné, tenemos los cocolos tocando;
el maplé de mano en mano y nosotros buscando un laito, pa ya tú sabes que;
pa' que me hagas un fufú en yagrumo, pa' que me saques to' ese jelengue.


Ya me tienes, lame mi cuello,
atibórrame en barullos, apriétame con las rodillas, estruja los bordes;
negro, sacarte eso salao y que  te cocines en mi madera,
en las sinsoras estamos a punto de caramelo.


Ritmo que no acaba, mezcla de entrañables razas,
sonidos dentro de ti, que viven en el metal, en la brisa, en otros cuerpos,
en las manos de esos negros, en la voz de las prietas, en los pies de esos chicos;
y lo mío, que ahora vuelo.


Árboles sin fruto, raíces sin agua, tierra seca,
abuelos que bailaron primero, los que te cambiaron la época,
pa' encontrarnos, pa' besarnos, pa' disfrutarnos,
seguimos con la samba, ahora bien zalameros.




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